La glándula tiroides, aunque pequeña, tiene un impacto enorme en el crecimiento y desarrollo de los niños. Su buen funcionamiento es clave para garantizar que tus pequeños crezcan sanos y alcancen su máximo potencial físico y mental. Sin embargo, cuando esta glándula no trabaja como debería, pueden surgir problemas de salud que a menudo pasan desapercibidos. Aquí te explicamos, de manera sencilla, cómo identificar, comprender y manejar las alteraciones tiroideas más comunes en la infancia.
¿Qué hace la glándula tiroides?
La tiroides es una glándula en forma de mariposa, ubicada en la parte delantera del cuello. Aunque es pequeña, produce hormonas vitales para regular el metabolismo del cuerpo. Se trata de las hormonas tiroideas, que son esenciales para el crecimiento de los huesos, el desarrollo del cerebro y el funcionamiento adecuado de órganos importantes como el corazón y los músculos. En los niños, la producción correcta de hormonas tiroideas es indispensable para que sus cuerpos crezcan y se desarrollen adecuadamente.
Dentro de los trastornos de la glándula tiroides más frecuentes, se encuentran el hipotiroidismo (cuando la glándula produce menos hormonas de las necesarias) y el hipertiroidismo (cuando la tiroides produce hormonas en exceso).
Hipotiroidismo: cuando la tiroides trabaja con lentitud
El hipotiroidismo (también llamado tiroides hipoactiva) ocurre cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas. Este problema puede ser congénito (presente desde el nacimiento) o adquirido más adelante en la infancia o la adolescencia.
Hipotiroidismo congénito: Es una de las causas más comunes de retraso en el desarrollo intelectual si no se detecta y trata a tiempo. Por esta razón, todos los recién nacidos son sometidos a una prueba de detección en sus primeros días de vida. Con un diagnóstico temprano, el tratamiento con hormonas tiroideas puede garantizar un desarrollo completamente normal.
Hipotiroidismo adquirido: Puede desarrollarse en cualquier momento de la infancia, pero es más común la aparición de este problema de tiroides en la adolescencia. Te contamos cuáles son algunos de los síntomas de la tiroides hipoactiva:
Fatiga constante.
Sensación de frío.
Piel seca y cabello quebradizo.
Crecimiento más lento de lo esperado.
Dificultades escolares, como problemas de concentración.
Es importante estar atentos a estos síntomas, ya que pueden confundirse fácilmente con otros problemas de salud o incluso con cambios normales de la edad.
Hipertiroidismo: cuando la tiroides trabaja demasiado
El hipertiroidismo ocurre cuando la tiroides produce un exceso de hormonas tiroideas. Aunque es menos común en niños, suele estar asociado con una condición autoinmune llamada enfermedad de Graves. Este desbalance puede acelerar el metabolismo. Algunos síntomas de hipertiroidismo son:
Palpitaciones o frecuencia cardíaca acelerada.
Nerviosismo o ansiedad excesiva.
Sudoración excesiva.
Problemas para dormir o concentrarse.
Mal humor e irritabilidad.
Aunque no siempre es fácil de identificar, un diagnóstico temprano permite abordar el problema con tratamientos adecuados que ayudan a regular la función de la tiroides.
¿Qué causa problemas a la tiroides?
Una alteración de la glándula tiroides puede tener diversas causas, dependiendo de si se trata de hipotiroidismo o hipertiroidismo. Algunos factores comunes incluyen:
Genética: Los antecedentes familiares pueden aumentar el riesgo.
Enfermedades autoinmunes: En el hipotiroidismo, una de las causas más comunes es la tiroiditis de Hashimoto, mientras que la causa de hipertiroidismo más habitual suele ser la enfermedad de Graves.
Deficiencia de yodo: Aunque rara en muchos países gracias a la fortificación de la sal con yodo, sigue siendo una causa importante en algunas regiones.
El papel de los padres: cómo identificar los signos
El cuerpo de los niños está en constante cambio, lo que puede dificultar reconocer los síntomas de una tiroides alterada. Sin embargo, hay señales de alerta que no deben pasarse por alto:
Alteraciones en el ritmo de crecimiento.
Problemas de atención o cansancio excesivo.
Cambios de humor, como irritabilidad o tristeza inexplicable.
Desarrollo más lento de lo esperado en el caso de los niños más pequeños.
Temblor de las manos
Baja tolerancia al ejercicio
Si notas alguno de estos síntomas, consulta con un médico para una evaluación completa.
Diagnóstico y tratamiento: la importancia de actuar a tiempo
La buena noticia es que los problemas de la tiroides en niños pueden tratarse de manera efectiva si se detectan a tiempo. Si tu hijo presenta algunos de los síntomas de tiroides que te hemos contado o existen antecedentes familiares importantes, el pediatra puede sospechar acerca de una patología tiroidea. En ese caso, le realizará al niño análisis de de sangre para medir los niveles de hormonas tiroideas, y así llegar a un diagnóstico.
El tratamiento depende del tipo de problema y puede incluir:
Medicamentos: En el caso del hipotiroidismo, se utilizan hormonas tiroideas sintéticas (levotiroxina) para reemplazar las que el cuerpo no produce. Para el tratamiento del hipertiroidismo, los medicamentos ayudan a reducir la producción de hormonas.
Cambios en la dieta: Aunque no siempre es necesario, una dieta equilibrada puede ser útil para mantener una buena salud general.
Control periódico: Es esencial realizar controles regulares para ajustar el tratamiento según las necesidades del niño.
Crecer con una tiroides sana
Aunque los problemas de la tiroides pueden parecer complejos, con el tratamiento adecuado y controles regulares, los niños pueden crecer sanos y felices, disfrutando plenamente de cada etapa de su desarrollo. El diagnóstico temprano y el seguimiento médico son la clave para garantizar que cualquier alteración sea tratada de manera efectiva.
Si tienes dudas sobre la salud de la tiroides de tu hijo, no dudes en consultar con un especialista. Detectar y tratar los problemas de tiroides a tiempo puede marcar la diferencia para el bienestar de tu pequeño. ¡La salud y el crecimiento de los niños siempre merecen nuestra máxima atención!
Las madres primerizas que no han sido previamente diagnosticadas con un trastorno de la tiroides pueden desarrollar problemas con su tiroides dentro del primer año después del parto: a esto se le llama tiroiditis posparto (TPP).1 Existen varios síntomas tanto de una tiroides hipoactiva como hiperactiva que las madres primerizas pueden revisar.1
TPP y los síntomas de una tiroides hipoactiva
Aproximadamente 25-45% de las mujeres que desarrollan fase hipotiroidea de TPP experimentarán los síntomas de una tiroides hipoactiva.1 Estos incluyen fatiga, pérdida de la concentración, mala memoria, estreñimiento y posible depresión.1
TPP y los síntomas de una tiroides hiperactiva
Entre 20% y 30% de las mujeres que desarrollan TPP experimentan síntomas de una tiroides hiperactiva.1 Estos incluyen fatiga, palpitaciones, pérdida de peso, intolerancia al calor, nerviosismo, ansiedad e irritabilidad.1
El hipertiroidismo en TPP ocurre generalmente en los primeros 6 meses después del nacimiento del bebé (por lo general alrededor de los 3 meses) y es común que dure entre 1 y 2 meses.1 La fase de hipotiroidismo de la TPP generalmente ocurre entre los 3 y los 8 meses (más comúnmente a los 6 meses) y suele durar de 4 a 6 meses.
De qué manera se trata la TPP
Por lo general, la TPP es una condición pasajera y transitoria y el tratamiento no es necesario en todos los casos.
Las madres primerizas sin síntomas de una tiroides hipoactiva, pero con cambios en la TSH (no más de 10miU/L) en la sangre y que no están planeando tener otro bebé no necesariamente requieren tratamiento;1 sin embargo, se recomienda realizar un seguimiento/revisión entre 4 y 8 semanas después del diagnóstico.1
Las mujeres con los síntomas del hipotiroidismo o que están planeando un embarazo posterior deben ser tratadas con la medicación adecuada.1
Las madres primerizas con síntomas de una tiroides hiperactiva deben consultar a su médico para planear un tratamiento posterior.
Seguimiento de las mujeres con TPP
A pesar de que un diagnóstico de problemas tiroideos puede ser impactante, por lo general, la TPP no es una condición a largo plazo y la mayoría de las mujeres observan que su glándula tiroides funciona normalmente al final del primer año después del nacimiento de su bebé.1 Si experimentas cualquiera de los síntomas descritos anteriormente, consulta a tu médico.
De Groot L, Abalovich M, Alexander EK et al. Management of thyroid dysfunction during pregnancy and postpartum: an Endocrine Society clinical practice guideline. J Clin Endocrinol Metab 2012; 97: 2543–2565.
Stanhope, Richard.Thyroid disorders, A guide for parents and patients. Child Growth Foundation, Growth and growth disorders, series No. 15, September 2000.
La tiroides, la pequeña glándula ubicada en la base de tu cuello, juega un papel crucial en el funcionamiento de tu cuerpo, especialmente en la regulación del metabolismo. Sin embargo, su influencia va más allá del control de la energía de tu cuerpo, también tiene un impacto significativo en la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres. Una alteración de la tiroides, como el hipotiroidismo (tiroides hipoactiva) o el hipertiroidismo (tiroides hiperactiva), pueden afectar la capacidad de concebir y llevar a término un embarazo de manera exitosa.
¿Cómo afectan los trastornos tiroideos a la fertilidad?
La glándula tiroides libera hormonas que regulan numerosos procesos en el cuerpo, incluidos el ciclo menstrual y la producción de espermatozoides. Las hormonas tiroideas están estrechamente relacionadas con las hormonas sexuales, como los estrógenos, la progesterona y la testosterona. Si la tiroides no produce suficientes hormonas o produce demasiadas, puede desestabilizar este equilibrio hormonal, e incidir negativamente en la capacidad de concebir.
Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden afectar la fertilidad al alterar la ovulación en las mujeres y la calidad y cantidad de espermatozoides en los hombres. Esto significa que el impacto de los trastornos tiroideos sobre la fertilidad afecta a ambos sexos.
Impacto en la fertilidad femenina
En las mujeres, existen síntomas de hipertiroidismo o hipotiroidismo que se asocian al sistema reproductivo. Algunos de ellos son:
irregularidades menstruales: los ciclos anormalmente largos, cortos o inexistentes pueden ser indicativos de una disfunción tiroidea. Las menstruaciones irregulares dificultan la predicción de los días fértiles, reduciendo las posibilidades de embarazo;
anovulación: si los niveles hormonales no son adecuados, los ovarios pueden no liberar óvulos (anovulación), lo que impide la concepción;
disminución de la calidad del óvulo: la maduración y calidad del óvulo también pueden verse afectadas por un desequilibrio tiroideo, lo que reduce la posibilidad de una fecundación exitosa.
Además, los trastornos tiroideos pueden aumentar el riesgo de complicaciones durante la gestación. Las mujeres con alteraciones en la tiroides que logran quedar embarazadas, pueden enfrentar riesgos como abortos espontáneos, preeclampsia o partos prematuros si sus niveles hormonales no están bajo control.
Impacto en la fertilidad masculina
Aunque se habla menos de ello, los trastornos tiroideos también afectan la fertilidad masculina. En los hombres, las hormonas tiroideas están involucradas en la producción y maduración de los espermatozoides. Cuando la tiroides no funciona correctamente, pueden producirse cambios como:
reducción en la cantidad de espermatozoides: el hipotiroidismo puede disminuir la producción de esperma, hecho que reduce las probabilidades de fertilización;
alteración de la calidad del esperma: el hipertiroidismo, por otro lado, puede afectar la morfología de los espermatozoides, haciendo que éstos presenten formas anormales que disminuyen su capacidad de fecundación;
disfunción sexual: tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden asociarse con la disminución del deseo sexual y la disfunción eréctil, circunstancias que complican aún más lograr el embarazo.
¿Cómo afecta a la fertilidad cada trastorno tiroideo?
Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo afectan la fertilidad, aunque lo hacen de diferentes maneras.
Hipotiroidismo: esta condición ocurre cuando la tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas. En las mujeres, esto puede provocar ciclos menstruales irregulares y anovulación, lo que impide que los ovarios liberen óvulos. Además, la menstruación puede ser muy abundante o muy escasa. En los hombres, puede reducir la cantidad de espermatozoides y afectar su calidad, además de disminuir el deseo sexual y causar disfunción eréctil.
Hipertiroidismo: en este caso, la tiroides produce demasiadas hormonas, lo que también interfiere con la fertilidad. En las mujeres, el hipertiroidismo puede provocar que la menstruación sea más corta, irregular o incluso que esté ausente. También tiene consecuencias en el desarrollo de los óvulos, hecho que reduce las posibilidades de un embarazo exitoso. En los hombres, puede alterar la forma y funcionalidad de los espermatozoides, y es común que experimenten una disminución de la libido, disfunción eréctil o eyaculación precoz.
¿Qué sucede si se logra el embarazo de todas formas?
Aunque concebir con un trastorno tiroideo no tratado es posible, el embarazo puede enfrentar ciertos riesgos. Las mujeres con hipotiroidismo o hipertiroidismo mal controlados tienen un mayor riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro y otras complicaciones durante el embarazo. Además, durante el primer trimestre, el feto depende completamente de las hormonas tiroideas de la madre para su desarrollo neurológico; así, niveles hormonales inadecuados pueden causar problemas en el desarrollo cerebral del bebé.
En resumen, si padeces de un trastorno tiroideo y estás intentando quedar embarazada o ya lo estás, es crucial que te realices chequeos periódicos para ajustar el tratamiento y mantener bajo control tus niveles hormonales.
Claves para la evaluación de la fertilidad y la tiroides
Si tienes dificultades para quedar embarazada o notas síntomas que podrían estar relacionados con problemas en la tiroides, lo mejor es realizar un chequeo con un endocrinólogo. En este caso, el tratamiento adecuado puede restablecer el equilibrio hormonal, mejorar los ciclos menstruales y aumentar las probabilidades de concepción. En el caso de que el afectado sea tu pareja, el tratamiento también puede mejorar la producción y calidad del esperma.
Si tras intentarlo el tiempo prudencial no logras un embarazo, acude a tu médico, quien probablemente te indique realizarte un perfil hormonal completo, que incluya la evaluación de la función tiroidea. Los trastornos tiroideos suelen diagnosticarse mediante exámenes de laboratorio que miden los niveles de TSH, T3 y T4, las principales hormonas relacionadas con la tiroides. Una vez identificado el problema, si presentas tanto hipotiroidismo como hipertiroidismo, existen tratamientos efectivos, que tu médico te indicará, para ayudarte a normalizar tus niveles hormonales.
Aunque los trastornos tiroideos pueden constituir un obstáculo al inicio, no debes desalentarte, ya que con el tratamiento adecuado, las probabilidades de embarazo aumentan significativamente.
El embarazo es una etapa llena de cambios y emociones y uno de los factores más importantes para garantizar un desarrollo saludable tanto para ti como para tu bebé, es el equilibrio hormonal. Dentro de este complejo sistema, la glándula tiroides juega un papel esencial. Si estás embarazada o planeas estarlo, es importante que conozcas cómo esta glándula influye en el proceso y qué debes tener en cuenta.
¿Qué es la tiroides y por qué es importante?
La tiroides es una pequeña glándula en forma de mariposa ubicada en el cuello, justo debajo de la nuez de Adán. Aunque no se ve ni se siente normalmente, tiene una función crucial: producir hormonas que regulan muchas actividades del cuerpo, como el metabolismo, la temperatura corporal, el ritmo cardíaco y, en especial durante el embarazo, el desarrollo cerebral y físico del bebé. Estas hormonas tiroideas son esenciales para el crecimiento del bebé, especialmente en las primeras semanas de gestación, cuando aún no tiene una tiroides desarrollada y depende completamente de las hormonas que le proporciona su madre.
¿Cómo afecta la tiroides al embarazo?
Durante el embarazo, tu cuerpo experimenta cambios en la función tiroidea. El volumen sanguíneo aumenta, y las hormonas propias del embarazo pueden modificar el funcionamiento de la tiroides. A medida que avanza la gestación, la tiroides tiene que trabajar más para producir las hormonas que tu cuerpo y el bebé necesitan. Esto significa que cualquier alteración, ya sea que tu glándula tiroides funcione de más o menos, puede impactar tanto en ti como en el bebé.
Hipotiroidismo en el embarazo:
Éste es un problema común que aparece cuando la tiroides no produce suficientes hormonas. Los síntomas de la tiroides hipoactiva pueden ser cansancio extremo, aumento de peso (por retención de líquidos), piel seca, estreñimiento y depresión. Si tienes hipotiroidismo, es importante que lo trates, ya que, sin el nivel adecuado de hormonas, el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso de tu bebé podrían verse afectado.
Hipertiroidismo en el embarazo:
Por otra parte, si la tiroides produce demasiadas hormonas, estarías frente a un caso de hipertiroidismo. Los síntomas de hipertiroidismo en el embarazo son similares a los que podría esperar una mujer no embarazada, como nerviosismo, ritmo cardíaco rápido y sudoración excesiva. Pero si no se controla, también puede traer complicaciones, como parto prematuro o problemas con el crecimiento del bebé.
¿Qué riesgos implica para el bebé?
La salud de tu tiroides afecta directamente al desarrollo de tu bebé. Durante el primer trimestre, cuando su cerebro comienza a formarse, el bebé depende exclusivamente de las hormonas tiroideas que le proporciona su madre. Si éstas no están en equilibrio, el crecimiento y desarrollo del sistema nervioso central podrían verse comprometidos.
El hipotiroidismo no tratado puede aumentar el riesgo de problemas de aprendizaje y desarrollo neurológico. Por otro lado, el hipertiroidismo en el embarazo puede incrementar los riesgos de aborto espontáneo, parto prematuro o bajo peso al nacer. Por eso, si ya sabes que tienes algún trastorno o sospechas que algo no está bien con tu tiroides, es esencial que lo consultes con tu médico antes y durante el embarazo para evitar cualquier consecuencia.
¿Cómo puedo saber si mi tiroides está funcionando bien?
La manera más sencilla y eficaz de verificar cómo está tu tiroides es mediante un análisis de sangre. Este análisis mide los niveles de la hormona TSH (hormona estimulante de la tiroides), que es la que regula la producción de hormonas tiroideas. Si tus niveles de TSH están fuera de lo normal, tu médico evaluará la necesidad de un tratamiento adecuado para estabilizarlos. En muchas ocasiones, las pruebas de tiroides forman parte de los exámenes de rutina que se realizan al comienzo del embarazo. Si ya tenías un diagnóstico previo de hipotiroidismo o hipertiroidismo, es probable que tu médico te haga un seguimiento más frecuente.
¿Qué debo hacer si tengo un trastorno tiroideo y quiero quedar embarazada?
Si ya sabes que tienes algún problema en la tiroides, es recomendable que consultes a tu médico antes de empezar a buscar un embarazo. Tener la tiroides bien controlada en el embarazo es fundamental para minimizar los riesgos tanto para ti como para tu bebé. En el caso del hipotiroidismo, es posible que necesites ajustar el tratamiento antes y durante el embarazo, ya que las necesidades hormonales cambian. Si tienes hipertiroidismo, tu médico también te guiará en el manejo más seguro durante la gestación. No importa cuál sea el caso, lo más importante es mantener tus niveles de hormonas equilibrados para garantizar un embarazo saludable.
Cuidado de la tiroides durante el embarazo
Si descubres que tienes un trastorno de la tiroides durante tu embarazo, no entres en pánico. La mayoría de las mujeres embarazadas con problemas de tiroides que reciben el tratamiento adecuado, dan a luz a bebés completamente sanos. Si bien los trastornos de la tiroides no tienen cura definitiva, el tratamiento suele ser muy efectivo para mantener los niveles hormonales en el rango óptimo y tener una vida saludable. Tu médico te indicará los pasos a seguir y te realizará controles periódicos para asegurarse de que todo esté bajo control. Es probable que te realicen análisis de sangre cada cierto tiempo para monitorear los niveles de TSH y ajustar el tratamiento si es necesario. Esto es completamente normal y forma parte de los cuidados prenatales. Además, es importante seguir las indicaciones de tu médico al pie de la letra y no interrumpir el tratamiento por tu cuenta, ya que esto podría poner en riesgo la salud de tu bebé.
Alimentos que favorecen la salud de la tiroides
Además del tratamiento médico, puedes complementar el cuidado de tu tiroides con una alimentación adecuada. El yodo es un mineral clave para la función tiroidea, ya que ayuda a la glándula a producir las hormonas necesarias. Durante el embarazo, las necesidades de yodo aumentan, por lo que es importante que consumas alimentos ricos en este mineral, como pescado, lácteos y huevos.
También es recomendable incluir alimentos ricos en selenio, como nueces y legumbres, que ayudan a proteger la tiroides. Por supuesto, una dieta balanceada, rica en frutas, verduras y proteínas de calidad, contribuirá a tu bienestar general y al buen funcionamiento de tu cuerpo durante el embarazo.
¿Cuándo deberías consultar a tu médico?
Si experimentas síntomas de que tu tiroides no anda bien, como fatiga extrema, palpitaciones, cambios en la piel o caída del cabello, es una buena idea que consultes a tu médico.
Nunca es tarde para controlar la tiroides. Aunque no te hayas hecho un chequeo antes de quedar embarazada, tu médico puede hacer los análisis necesarios en cualquier momento de la gestación para asegurarse de que todo esté en orden.
¡No lo olvides!
Cuidar la salud de tu tiroides durante el embarazo es clave para garantizar el bienestar tanto tuyo como el de tu bebé. Mantener los niveles hormonales en equilibrio ayuda al desarrollo del cerebro y del sistema nervioso del niño, y te permite a ti llevar un embarazo saludable.
Si tienes dudas sobre el funcionamiento de tu tiroides o sospechas que algo no está bien, no dudes en consultar a tu médico. Un control adecuado y un tratamiento a tiempo pueden marcar la diferencia en la salud de tu bebé y en tu experiencia como futura madre.
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