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La glándula tiroides es un órgano pequeño, pero con un gran impacto.

Problemas tiroideos en adultos mayores

Pareja de adultos señalando hacia un dibujo de tiroides

La tiroides, esa pequeña glándula en forma de mariposa ubicada en el cuello, tiene un papel fundamental en el control de muchas funciones del cuerpo. Las hormonas que produce –principalmente T3 (triyodotironina) y T4 (tiroxina)– regulan el metabolismo, la temperatura corporal, el ritmo cardíaco, entre otras funciones esenciales. En los adultos mayores, las patologías relacionadas con la tiroides son cada vez más comunes. Estas afecciones pueden ser difíciles de diagnosticar debido a que sus síntomas pueden confundirse con los efectos naturales del envejecimiento.

La tiroides y el envejecimiento: ¿Cómo cambia su funcionamiento?

A medida que avanzamos en edad, el riesgo de desarrollar problemas en la tiroides se incrementa. Los trastornos tiroideos son más comunes en los adultos mayores que en las personas jóvenes, y las mujeres tienden a ser las más afectadas. Aunque es frecuente que las personas mayores experimenten una disminución del funcionamiento de la tiroides, muchas veces estos casos pasan desapercibidos y no se detectan a tiempo.

Los trastornos de la tiroides más comunes, en este grupo etario, son el hipotiroidismo y el hipertiroidismo. Si bien ambas condiciones pueden presentar síntomas sutiles, es fundamental entender cómo afectan a esta población para poder brindar un diagnóstico adecuado y un tratamiento oportuno y también para que estés alerta si tú o un familiar cercano los manifiesta.

Hipotiroidismo en los adultos mayores: un reto silencioso

El hipotiroidismo, también llamado tiroides hipoactiva, ocurre cuando la tiroides no produce suficiente cantidad de hormonas. Aunque es común en todas las edades, en los adultos mayores puede ser más difícil de identificar. Los síntomas de tiroides hipoactiva incluyen fatiga, estreñimiento o piel seca, y pueden ser confundidos con los cambios naturales del envejecimiento. Sin embargo, el hipotiroidismo no tratado puede tener consecuencias graves en la salud de los mayores, como un riesgo cardiovascular, aumentado, colesterol elevado y hasta problemas de memoria.

Se estima que alrededor del 10% de los adultos mayores sufren hipotiroidismo y, de estos casos, una gran parte podría estar sin diagnosticar debido a la falta de síntomas claros o la atribución de éstos a otras condiciones asociadas al envejecimiento.

Si bien el hipotiroidismo no se puede curar de manera definitiva, con la administración de hormona tiroidea sintética (levotiroxina) todos los días, se pueden controlar sus síntomas fácilmente. Es importante señalar que el tratamiento debe ajustarse cuidadosamente, especialmente en personas mayores, ya que iniciarlo con una dosis demasiado alta de esta hormona puede afectar la función cardíaca.

Hipertiroidismo: El exceso de hormonas en personas mayores

El hipertiroidismo, aunque menos común que el hipotiroidismo, también puede afectar a los adultos mayores, con una prevalencia (cantidad de personas con esta condición en la población de personas mayores en un momento dado) de aproximadamente el 1%-2%. Este trastorno ocurre cuando la glándula tiroides produce demasiadas hormonas, acelerando el metabolismo. Algunos de los síntomas de hipertiroidismo en ancianos son palpitaciones, temblores y nerviosismo.

En las personas mayores, el hipertiroidismo puede estar relacionado con condiciones como la enfermedad de Graves o el bocio tóxico multinodular. Puede tener un impacto directo en la salud cardiovascular, ya que aumenta el riesgo de arritmias o insuficiencia cardíaca. Al igual que con el hipotiroidismo, el diagnóstico temprano es fundamental para evitar complicaciones graves. Sin embargo, el tratamiento del hipertiroidismo es un poco más complejo, y varía según el caso.

Factores que aumentan el riesgo de trastornos tiroideos en adultos mayores

Diversos factores contribuyen a la mayor prevalencia de trastornos tiroideos en las personas mayores. Entre ellos se incluyen:

  • Enfermedades autoinmunes: las afecciones autoinmunes, como la tiroiditis de Hashimoto, son comunes en personas mayores y pueden interferir con la producción normal de hormonas.
  • Alteraciones hormonales: a medida que envejecemos, los cambios hormonales naturales pueden afectar el funcionamiento de la tiroides.
  • Medicamentos y radioterapia: el uso de ciertos medicamentos o tratamientos previos con radioterapia en el cuello pueden dañar la glándula tiroides.
  • Genética: la predisposición genética también juega un papel importante en el desarrollo de trastornos tiroideos.

El envejecimiento, además, puede llevar a que la glándula tiroides se vuelva menos eficiente, lo que hace que los trastornos no siempre sean fáciles de detectar en sus primeras etapas.

¿Cómo detectar los trastornos tiroideos en adultos mayores?

Los síntomas de los trastornos tiroideos pueden ser sutiles o confundirse con otras afecciones relacionadas con la edad, por lo que es importante realizar chequeos regulares. Un análisis de sangre es la forma más precisa de evaluar la función de la tiroides, midiendo los niveles de las hormonas tiroideas y otros indicadores como la TSH (hormona estimulante de la tiroides), que se encuentra elevada en casos de hipotiroidismo y disminuida en el hipertiroidismo.

Es fundamental que las personas de edad avanzada se mantengan alerta a los síntomas y busquen atención médica si experimentan cansancio extremo, piel más seca de lo habitual, irregularidades en el ritmo cardíaco, problemas para concentrarse o cualquiera de los síntomas mencionados. Un diagnóstico temprano permite un tratamiento adecuado y la prevención de complicaciones más graves.

Consejos prácticos para cuidar la salud de la tiroides en adultos mayores

Cuidar la salud de la tiroides es esencial para el bienestar general, especialmente a medida que envejecemos. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para mantener la tiroides en buen estado:

  • Mantén una dieta equilibrada: los nutrientes como el yodo, el selenio y el zinc son esenciales para el buen funcionamiento de la tiroides. Asegúrate de incluir alimentos ricos en estos nutrientes, como pescado, mariscos, nueces y vegetales.
  • Haz ejercicio regularmente: la actividad física ayuda a mantener el metabolismo equilibrado y a mejorar la circulación sanguínea, lo que beneficia la función tiroidea.
  • Controla el estrés: el estrés crónico puede hacer que tu glándula tiroides se vea alterada. Practicar técnicas de relajación como la meditación o el yoga puede ser útil.
  • Revisa tu salud regularmente: Realiza chequeos médicos periódicos para asegurarte de que tu tiroides está funcionando correctamente, especialmente si tienes antecedentes familiares de problemas tiroideos o si experimentas síntomas sospechosos.

Mantenerse en forma: más allá de la función tiroidea

La salud de la tiroides es sólo un aspecto de nuestro bienestar general. Cuidar nuestro cuerpo en su totalidad, manteniéndonos activos, alimentándonos bien y realizando chequeos médicos frecuentes, es la mejor manera de garantizar una vida plena y activa, incluso a medida que envejecemos. Aunque los trastornos tiroideos pueden ser comunes en los adultos mayores, la detección temprana y el tratamiento adecuado pueden marcar la diferencia, ayudando a mantener la vitalidad y calidad de vida a largo plazo.

RL-NONT-00019, Mar/24

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